PANEL SOBRE POBLACIONES VULNERABLES

En el panel sobre Poblaciones Vulnerables, los invitados se refirieron a los riesgos que tienen los migrantes en diferentes países, sobre todo los niños, niñas y adolescentes y las mujeres.

Por una parte, Ana Borges Coelho Santos, Subprocuradora General de Justicia del Ministerio Público Federal de Brasil, explicó que en su país “los migrantes deben enfrentar dificultades típicas vinculadas a los derechos sociales y a problemas de educación, salud y seguridad social, sobre todo la primera infancia”.

“En países como Brasil que salieron de regímenes totalitarios y tienen una democracia muy nueva (…) el país ve al migrante como el otro, como una amenaza para su territorialidad y soberanía”, agregó Ana Borges Coelho.

Por eso, opinó que “tenemos que aprender en los puestos migratorios a recibir a las personas con la misma oportunidad de salud y como personas con vulnerabilidades como a las mujeres y los niños”. En una visión similar estuvo Ismael Rins, Defensor del Pueblo de Río Cuarto, en Córdoba, Argentina, quien a los migrantes los ven “como a otro y se empieza a generar una situación de rechazo, no solo con discursos xenofóbicos sino de aporofobia”.

Y en este caso, se ve tiene a las mujeres con otra vulnerabilidad, cuando no las incluyen en procesos laborales y económicos.

En cuanto a las niñas, Matilde Cobeña, Adjunta para la Niñez y Adolescencia de la Defensoría del Pueblo de Perú, afirmó que “los riesgos son grandes: uno de ellos en Perú es la falta de reconocimiento a los derechos de niños, niñas y adolescentes y esto hace que no se les brinde atención, sino por caridad o lástima y eso no debe ser”. “Pero las medidas no son solo discursos, sino que tienen que ser en la práctica. El interés superior es que un migrante pueda recibir la atención en salud de las autoridades sanitarias y no esperar a que tengan que cumplir con requisitos, como en el caso de la vacunación”, agregó Cobeña.

También se refirió al vacío que se presentó en su país porque durante la pandemia no atendían a los niños de padres venezolanos para darles documentos de identidad.

Por último, se refirió a dos retos en su país: el derecho a la participación de la niñez y la adolescencia en la toma de decisiones; y la situación de orfandad en que están quedando niños porque han muertos sus padres o el representante legal.

Por su parte, Felipe Cortés, de Save the Children, se refirió a otro riesgo estructural que se agravó con la pandemia, como es la falta de acceso a la educación con calidad, a lo que se une la depresión, la deserción, el trabajo infantil y el reclutamiento forzado.

“El sistema educativo al que estamos acostumbrados demostró que tiene fallas estructurales”, agregó e hizo referencia a que “cuando se retrae la institucionalidad, aparecen los grupos armados ilegales que aprovechan para el reclutamiento forzado y la violencia sexual de niños, niñas y adolescentes. Los primeros que pierden en una guerra son los niños”.

Con la visión de quien aporta con ayudas y soluciones, Gilles Bertrand, Embajador de la Unión Europea en Colombia, se refirió a la creación de sitios para prestar ayuda sicosocial a los migrantes.

“Tenemos un apoyo sicosocial en centros de recepción temporal, para poder hablar de sus dificultades. Hay que identificar las dificultades de los migrantes y con los niños nos parece esencial que sepamos que son individuos con quienes tenemos que hablar y este trabajo lo reforzamos con asistentes sicosociales también”, concluyó Bertrand.