RIESGOS ASOCIADOS A LOS PROCESOS MIGRATORIOS

En este panel hubo un acuerdo sobre cómo debe cambiar la mirada hacia el migrante y no catalogarlo como un peligro en cuanto a inseguridad o que quita empleo; sino como una persona que abre oportunidades para los países.

Bertha Anderson, Jefe de Compromiso Público de la Oficina del Ombudsman de los Estados Unidos, dijo que “en la nueva administración entendemos que el éxito del país es en gran parte por los migrantes. Yo soy un ejemplo de eso, soy migrante como las personas que llegan a un lugar y si tienen éxito, es un éxito para el país”.

En ese sentido, para Blanca Sarahí Izaguirre, Comisionada para los Derechos Humanos de Honduras, “los países tienen la obligación de no estigmatizar, porque migrar es un derecho humano”.

“Los Estados tienen obligaciones de derechos humanos para todos los ciudadanos, no por ser migrantes están desprovistos de esos derechos. Y esto implica una visión integral del proceso migratorio desde el origen, el paso y la llegada y en algunos casos el retorno. En todo esto, la cooperación internacional es clave”, afirmó por su parte Monserrat Solano, Representante Adjunta de la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Además de hacer cumplir los convenios internacionales y las obligaciones de los Estados, para Pascal Paradis, Director General de Abogados Sin Fronteras, “hay que hacer algo para no perder la lucha frente a la opinión pública que repite un discurso de odio y con frases como que el migrante viene a robar un empleo o son criminales”.

Un ejemplo es Panamá, en donde ha aumentado la xenofobia contra los migrantes “y eso lo estamos combatiendo”, dijo Eduardo Leblanc, Defensor del Pueblo de ese país, quien cree que la migración va aumentar.

“Hemos avanzado pero nos hace falta mucho, porque este problema no va a acabar, hoy es por cultura, por trabajo; pero luego será por el cambio climático”, concluyó Leblanc.